lunes

“¿Quién le teme a Virginia Wolf?” de Edward Albee

Marta: ¡Eh! ¡Eh! ¿Dónde se metieron todos? (es evidente que no le importan dónde están) ¡Ajá! Me dejaron plantada como a una… que se yo… una perra sarnosa y después a la basura, igual a una zapatilla vieja… ¿Jorge? (mira a su alrededor)¿Jorge?
(silencio) ¡¡Jorge!! ¿Qué estás haciendo? ¿Te escondes o qué? (silencio) ¡¡Jorge!! (silencio) Bueno, andate a la… (se dirige al bar se prepara una copa y sigue monologando como si se solazara con lo que dice) ¡Desamparada, abandonada! …me dejan sola, a la intemperie, como a un gato viejo. ¡Ja! ¿Querés que te sirva una copa, Marta? Gracias, Jorge, sos muy amable. No, Marta, no, haría cualquier cosa por vos. ¿En serio, Marta? Sí, Jorge, por supuesto. Marta, te juzgué mal. Yo también te juzgué mal, Jorge. Pero, ¿dónde se metieron todos? Montar a la anfitriona. (Se ríe con ganas y cae sentada en una silla. Se calma, parece derrotada y dice suavemente) ¡Qué poca suerte! (Más suave aún) ¡Qué poca suerte! (haciéndose la nena) Papito, papito… a tu Martita la dejaron sola con sus vicios… la dejaron sola a las (mira el reloj )… a no sé qué hora en punto. Papá, ratoncito blanco ¿Es verdad que tus ojos son colorados? ¿A ver? ¡Ohhh, es verdad! ¡Es verdad! Papá tiene los ojos colorados… porque lloran siempre ¿verdad que sí, papá? Sí, es verdad, siempre lloras¡¡Voy a contar hasta cinco para que salgan del escondite hijos de puta!! (pausa) Yo también lloro siempre, papá, pero lloro para adentro, así nadie se da cuenta. Siempre lloro y Jorge también llora. Los dos lloramos y después de llorar juntos ponemos nuestras lágrimas en la heladera, en esas porquerías de cubeteras (empieza a reírse). Hasta que se congelan (se ríe más fuerte) y entonces… las echamos… en nuestras copas (se ríe pero la suya es más que una simple risa, después de un silencio tranquilo) Basta de líquido, cortemos el chorro, que se vayan todos, muertos acabados, olvidados No, la mierda vuelve siempre va a flotar ¡viva la mierda! ¡Qué noche de póker! Qué desborde… (triste) Tengo parabrisas en los ojos, porque me casé con vos… muchacho… Marta, podrías escribir letras de canciones (hace sonar el hielo en su copa) ¡Clinc! (otra vez) ¡Clinc! (lanza una risita, vulva a sacudir el hielo varias veces) ¡Clinc! … ¡Clinc! … ¡Clinc!... ¡Clinc!